FLAVIA COSMA; POESIA DE LA DESESPERACION

Por José Romero Salgado

En estas hojas de diario, la poeta Flavia Cosma nos instala de inmediato en una mirada llena de dolor que embriaga amargamente, nos lleva al borde de piedra del mundo, presintiendo toda clase de desastres naturales sobre nosotros. Y a partir de ahí nos lleva por caminos diversos y nos pide que posemos nuestra mirada sobre estas hojas de diario como hojas de otoño:

“El cálido viento
del otoño dorado
con la luz desvaída
inquieta la cortina
abarca la habitación por momentos
como un ala de ángel
en vuelo”

Una poesía otoñal donde llueven manzanas rojas sobre la llanura o es una estación que sirve para amar más que en cualquier otro momento. Amar en otoño, donde el sol es tibia bandeja, y llameaba melaza, y la luna resbala por el firmamento. Es el otoño de una mirada que acierta a ver en el horizonte el invierno que se acerca y en donde habrá que nadar entre oleajes de nieve.

Es un invierno sin nombre también y cuyos copos de nieve embisten contra los cristales del coche:

“la nieve al caer nos atrapa, emboscada
en su mortaja fría, húmeda y blanda
como invisible telaraña.”

La poeta en su diario caminar por la vida llena estas hojas de diario con una mirada singular, producto de un transitar abierto a los sentimientos y a las preguntas, se pregunta constantemente:

¿ Y quiénes somos?
¿Qué es lo que espero?
¿Acaso es la hora?
¿Acaso el instante?
¿Porqué estas lágrimas si el invierno ya ha pasado?
¿Cómo me has quemado, Señor, con el hielo?

Y estas preguntas nacen en noches de insomnio, entre tinieblas llenas de animales raros, fantasmas amargados y famélicos y de muertos que despeinan los mechones del pelo.

Entonces aparecen los Ángeles, pues en estas hojas diarias hay Ángeles que te toman de la mano, hay toda una tropa de ángeles plumíferos.

“Cuando pasa el amor
sobre horizontes viajeros,
sobre la bóveda sin estrellas
desaparece un ángel blanco”

Me pregunto entonces, si ese ángel es tan solo un ave que vuela que se acerca a nosotros enviado desde otros lugares lejanos y cercanos a la vez?

“un pájaro enorme
se ha detenido en la ventana
sobre la rama negra por la escarcha
tan grande y tan azul
que lo imaginamos
un mensajero del Cielo”

En la poesía de Flavia Cosma hay un horizonte colmado de ojos, de trampas, hay vida y llanto, hay ciudades amorfas ennegrecidas por crímenes y pasiones.

En estas hojas de diario hay un grito escondido, por ello es una poesía que hay que leer en voz alta, una y otra vez. Es una poesía que sorprende y te sacude, percibo una voz que nos pide encontrar múltiples maneras de descifrar el diario acontecer desde una mirada singular. Hay redención, esperanza y mucha desesperación.

Dice Octavio Paz a propósito de la poesía:

“La poesía ha dicho Rimbaud, quiere cambiar la vida. No piensa embellecerla como piensan los estetas y los literatos, ni hacerla más justa o buena, como sueñan los moralistas. Mediante la palabra, mediante la expresión de su experiencia, procura hacer sagrado al mundo; con la palabra consagra la experiencia de los hombres y las relaciones entre el hombre y el mundo, entre el hombre y la mujer, entre el hombre y su propia conciencia. No pretende hermosear, santificar o idealizar  lo que toca, sino volverlo sagrado. Por eso no es moral o inmoral; justa o injusta; falsa o verdadera, hermosa o fea. Es simplemente poesía de soledad o de comunión. Porque la poesía que es un testimonio del éxtasis, del amor dichoso, también lo es de la desesperación.”

La poesía de Flavia Cosma es todo esto y un infinito de posibilidades más. No exagero. Los invito a leerla. Gracias.