Hojas de diario
(Fragment)

by Flavia Cosma

26

A veces me estalla el corazón,
la urna quebrantada ruidosamente
donde miles de gotas
manan en guirnaldas coloreadas,
los arcos se deshacen en el vacío,
desplegados
como etéreo ramillete de corazones
perfectos, relucientes.

El hueco se llena, desaparece,
bajo mi corazón multiplicado al infinito
que en su vuelo apuñala
lo inexistente
con rayos estelares, de oro.

30

Siempre hallo tibieza
al amparo de los brazos verdes, mullidos, de los pinos
incluso mientras el invierno, con los dedos alargados,
desciende de las nubes, fieramente,
la lágrima de San Antonio llora sin cesar
sobre los rostros consumidos,
y el mundo se estremece desde los cimientos.

Para apartarme del temor me acurruco, duermo
en los nidos del pinar hermoso, perfumado,
las húmedas sombras me ciñen
cuidadosamente
con tibieza de madre,
con tibieza de hermano,
con la tibieza empañada
del amante.

Y ahora el mundo

Más allá de lo estéril de mármoles vacíos
donde vivo sin puentes, sin ropa,
un mundo entero espera con paciencia.
Nacen caminos flexibles
bajo palmas extendidas,
las ventanas se abren maravilladas
hacia el sol,
bandadas de pájaros me siguen dondequiera
como un séquito suspendido, cantor.

Y yo, al igual que las personas
con amplio destino,
me complazco en cambiar un anhelo
por una nueva tristeza,
una preocupación por otra
mayor.